Con la llegada del iPhone 6 comienza el debate sobre si el precio es muy elevado, que si pagas solamente la marca, que si hay teléfonos mejores a menor precio… Un sinfín de comentarios criticando todo lo posible a la manzana mordida.
Hoy vamos a hacer un análisis superficial de la situación, haciendo una extrapolación al mundo del automóvil. Hacemos esta analogía, iPhone 6 es un Ferrari y Galaxy S5 es Lamborghini. Aquí no habría discusión, son dos coches muy buenos, con características similares y por ser exclusivos tienen precios desorbitados. La mayoría de nosotros nunca pensaría en comprarse uno de estos dos coches pero, ¿y si tuviésemos el dinero suficiente? En el mundo de los móviles, sin embargo, influye algo más que sólo el coche.
Digamos que el iPhone 6 es un Ferrari.
Volvamos al precio del iPhone 6, según los rumores rondará cerca de los 669€. Un precio elevado si lo compramos con todos los teléfonos de gama media del mercado. Y el más elevado si lo compramos con la gama alta actualmente.
Si lo comparamos con los teléfonos de gama media del mercado, en cuestión de características no hay discusión. Es mejor el iPhone. Si lo comparamos con los dispositivos de gama alta, la única gran diferencia, es el valor añadido del software. Las características técnicas son parecidas o incluso la competencia le supera, pero el software es completamente distinto. La mayoría de los dispositivos de gama alta cuentan con Android, un sistema operativo generalista para muchos dispositivos.
Y este es el valor añadido de Apple, que cuenta con su propio sistema operativo para sacarle el máximo a su dispositivo. Además, mantiene la actualización 4 años diferenciando entre los dispositivos para poder optimizar los recursos de cada modelo.
Consecuencia de ello es que los modelos de iPhone te pueden durar 4 años manteniendo la actualización software y estando revisados con las últimas mejoras. Nadie en el mercado actual de los smartphones te proporciona esta posibilidad y, al final, iOS es lo que hace a un iPhone un iPhone.