Un piloto sudafricano parece haberse tomado el nombre de su MacBook Air demasiado al pie de la letra, y es que este se encontraba volando en su avioneta sin percatarse de un pequeño detalle: llevaba la marquesina abierta. El ordenador junto con la licencia de vuelo y el diario de a bordo, que les acompañaban en el pequeño viaje, cayó a una altura de 300 metros sobre un campo a unos 200 kilómetros por hora y sorprendentemente sobrevivió a la caída porque aún se enciende.
Entre los daños que se pueden apreciar en la imagen vemos como el cuerpo del dispositivo está bastante doblado y abierto por la parte posterior, pero a pesar de ello funciona –casi– a la perfección. El “problema”, por llamarlo de alguna manera, es que el trackpad, cubierto de cristal, se ha roto por completo. Además, los ventiladores no funcionan debido a que el mayor daño se ha producido ahí.
El MacBook Air lo encontró un granjero junto con la documentación del piloto, que permitió al hombre ponerse en contacto con su dueño quien, probablemente, ya diese por perdido el ordenador y sus papeles. A continuación te dejamos otra imagen en la que se ve funcionando.
Vía | 9to5Mac